Halle Berry una negra con bolsos grandes

No creo que el momento en que todo cambió para esta mujer de color, más dorada que negra, fuera el día en que ganó su merecido Oscar en 2018, convirtiéndose en la primera afroamericana que lo ha logrado en la historia. No; el Oscar para una mujer negra estaba ya en el aire de la Academia, que siempre sopesa cómo atraer buenas críticas y calmar malas conciencias; al fin y al cabo, en el Hollywood de nuestros días no se vende arte sino moralina. Era mucho más difícil romper la tendencia racista, la costumbre, entre las casas de cosmética, y para que Revlon la admitiera en su redil de estrellas rutilantes todavía habrían de pasar cuatro años más. 

Lo que verdaderamente indujo al gigante a fijarse en la frágil y oscarizada Halle, que cuando no se maquilla, peina y enfunda a conciencia en el halo de una estrella de Hollywood, tiene la mirada triste y se notan en su acaramelada piel oscura, de pronto mortecina y desheredada, todas las trazas de la violencia y las humillaciones que ha sufrido de niña y de adolescente, fue algo más trivial. O no, según se mire. ¿Recordáis aquel imponente brindis al sol que nos ofreció en Muere otro día? 

En aquella entrega de James Bond, a Pierce Brosnan, como de costumbre, casi no se le veía, pero, ¡ay!, qué decir de la aparición de Halle en medio de las olas con el biquini naranja con cuchillo al cinto, fiel remake de aquel otro mítico que lució la nunca antes destronada chica Bond, la mejor de todas, Ursula Andress. Era mucho envite y lo ganó. Aquella impactante imagen ha dado la vuelta a un mundo que ella ha ayudado a cambiar. 

Es la chica bond de este siglo; la otra cara de la Luna, que es como decir la otra cara de la belleza. El vigor sexual de Halle, tan animal print, permítaseme esta broma negra, tiene la fuerza de los antiguos pósters y su toque de extrema candidez. ¡Funciona! Creo yo humildemente que esta vez, con ella, el sexy deja de ser un arma publicitaria más para convertirse en una llamada de atención sobre todas las criaturas distintas, a las que por su singularidad y nobleza llevamos siglos copiando, ofendiendo y dando caza: los animales de la tierra. Halle, que en sus películas encarna indistinta y casi exclusivamente a fieras acorraladas o a fieras sexuales, me conmueve cuando es Catwoman, no en sus papeles de drogata o alcohólica, en donde ella aparece todo lo fea que puede en vista de lo hermosa que es. 

No, poderosa y libre es como más me gusta. Me gusta y me alarma. Cualquier día, como la mujer pantera, ¡visto y no visto!, nos hará pedazos y lo peor es que no se lo podremos echar en cara. Los animales, tan raudos y orgullosos, ¡por qué habrían de seguir esperando!

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