Los niños, esos inocentes tan crueles
La infancia es, por definición, una edad inasequible, Buhíllo. Lo que se supone saber de ella proviene del análisis retrospectivo que el adulto hace de la misma o de los estudios psicológicos que realizan «sobre» niños los estofadamente denominados «expertos en la infancia». Así que tengo para mí que ese conocimiento es una invención, y que no puede ser de otra manera. De tal modo que escribir cuentos para chicos supone un sofisticado ejercicio de imaginación por parte de los escritores (obviamente siempre adultos), que procuran entallar sus personajes en la faja de tópicos que se ha tramado sobre ellos desde la ilustración. Así me he acercado yo, Buhíllo a este librito, para comprarlo con otro: El nido de los sueños, de Rosa Montero. En ambos casos, los protagonistas son niñas (Lena, Gabi), de edades aproximadas, pero, en cuanto a los autores, uno es hombre, Michael Ende, («él») y otro, mujer, Rosa Montero, («ella», naturalmente). «El» es un escritor especializado de oficio en f