Cuando me aburro en misa
De la noche a la mañana, los islandeses múm han pasado de ser uno de los grupos más originales del planeta a convertirse en una parodia de sí mismos y, de paso, en un aburrimiento soberano que a punto está de manchar definitivamente un currículum que hasta hace poco era limpio e inmaculado. ¿Cómo pueden ocurrir estas cosas? En este caso concreto la razón acaso tenga que ver con la deserción progresiva de las dos componentes femeninas del cuarteto, las misteriosas gemelas Gy a y Kristin Anna Valtýsdóttir y sus voces aniñadas que tanto carácter y fragilidad le daban a las canciones de la banda. O puede ser el caso contrario, que esa misma deserción tuviera que ver con un rechazo a las nuevas formas con las que pretendían jugar los dos chicos de múm, cada vez más lejos del pop electrónico en miniatura y más cerca de un folk pastoral con demasiada carga hippy. El caso es que los múm de Go go smear the poison ivy ya no son los de Summer make good y ni mucho menos los de antes. S